
Ya a la venta la Lotería de Navidad 2024
06/07/2024
II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular
25/07/2024 El próximo miércoles 17 de julio, festividad de las Santas Justa y Rufina, titulares de nuestra corporación, celebraremos Solemne Función en su honor, tal y como preceptúan nuestras Reglas. Con esta celebración daremos por finalizado el curso en la Hermandad.
La Eucaristía, que tendrá lugar en nuestra Capilla Virgen de la Estrella, estará presidida por fray Desiré Mbarga O.M. y comenzará a las 20.30 h. Previamente, a las 20 h, se rezará el santo Rosario.
En la celebración intervendrá la escolanía ‘Nuestro Padre Jesús de las Penas’.
¿Quiénes son Santa Justa y Santa Rufina?
Estas dos santas fueron dos hermanas que nacieron en Triana, en el seno de una familia muy modesta pero de firmes costumbres y sólida fe cristiana.
En aquella época España era dominada por los romanos, y con ellos, la idolatría y la corrupción. Mientras tanto las dos hermanas se conservaban en santidad y pureza de costumbres, empleando todo su cuidado en conocer el Evangelio, en su propia santificación y en beneficio de sus prójimos. Todos los años celebraban los idólatras fiestas en honor de Venus, recordando la tristeza de ésta en la muerte de su adorado Adonis. Las mujeres recorrían las calles de la ciudad llevando al ídolo en sus hombros, importunaban a todos y les pedían una cuantiosa limosna para la festividad.
Al llegar a la casa de Justa y Rufina, les exigieron adorar al ídolo; las dos santas se negaron y las mujeres, enfadadas, dejaron caer el ídolo rompiendo muchas vasijas. Las santas, horrorizadas por ver en su casa un ídolo, cogieron el ídolo y lo hicieron pedazos, provocando la ira de los idólatras que se lanzaron contra ellas.
Diogeniano, prefecto de Sevilla, las hizo prisioneras, las interrogó y las amenazó con crueles tormentos si persistían en la religión cristiana, a la vez que les ofrecía grandes recompensas y beneficios, si idolatraban a los ídolos. Las santas se opusieron con gran valor a las inicuas propuestas del prefecto, afirmando que ellas sólo adoraban a Jesucristo. El prefecto mandó que las torturasen con garfios de hierro y en el potro, creyendo que cederían ante los tormentos, pero ellas soportaban todo con alegría y sus ánimos se fortalecían a la vez que crecían las torturas. Mandó entonces a encerrarlas en una lóbrega cárcel y que allí las atormentasen lentamente con hambre y con sed. Pero la divina Providencia les socorría y sustentaba con gozos inefables, según las necesidades del momento, provocando el desconcierto de los carceleros. Luego, el prefecto quiso agotarlas obligándoles a seguirle descalzas en un viaje que él iba a hacer a Sierra Morena; sin embargo, aquel camino pedregoso era para ellas como de rosas. Volvieron a meterlas en la cárcel hasta que murieran. Santa Justa, sumamente debilitada, entregó serenamente su espíritu, recibiendo las dos coronas, de virgen y de mártir. El prefecto mandó lanzar el cuerpo de la virgen en un pozo, pero el obispo Sabino logró rescatarlo.
El Prefecto creyó que, estando sola, sería más fácil doblegar a Rufina. Pero al no conseguir nada, mandó llevarla al anfiteatro y echarle un león furioso para que la despedazase. El león se acercó a Rufina y se contentó con blandir la cola y lamerle los vestidos como un corderillo. Enfurecido el Prefecto, mandó degollarla. Así Rufina entregó su alma a Dios. Era el año 287. Se quemó el cadáver para sustraerlo a la veneración, pero el obispo Sabino recogió las cenizas y las sepultó junto a los restos de su hermana. Su culto se extendió pronto por toda la iglesia.
Titulares de nuestra Hermandad
Ya en 1704, el 16 de julio, se cantaban vísperas solemnes ante el altar en que se veneran las Santas Mártires, Justa y Rufina, Patronas de Sevilla, en la Parroquia de Santa Ana. El día 17, de su Festividad, se celebraba misa cantada y por la tarde se comenzaba la novena con sermón. Al domingo siguiente, se hacía función solemne con procesión en la que figuraba la imagen de Nuestro Padre San Francisco de Paula, titular de las Hermandad y las Santas, agregadas a la Cofradía. tanto San Francisco de Paula como las Santas Justa y Rufina tenían capilla propia en la parroquia trianera.
La falta de documentos de la Hermandad de las Santas Justa y Rufina impide determinar su antigüedad, aunque se presume que esta debió tener mucha en función a la devoción que siempre ha conservado Sevilla a estas esclarecidas mártires, sus patronas, y principalmente por los alfareros, por quienes se supone fundada. Se encuentra memoria de su altar en la Iglesia de Santa Ana desde el año de 1589 por unas mandas de misas en testamento.
En 1838, tras la exclaustración de los frailes mínimos del convento de la Victoria, se tomaron dos importantes decisiones en el Cabildo General: la fusión con la cofradía de las Santas Justa y Rufina y el traslado de sede a la iglesia de la Candelaria y San Jacinto. En 1849 se solicita a la Autoridad eclesiástica el permiso para unificar las Reglas de las Hermandades de la Estrella y las Santas Justa y Rufina, para evitar disputas en la aplicación de ambas normas estatutarias, obteniéndose dicha autorización.